por Elia Cárdenas, D.Min, directora asociada
Actualmente estamos viviendo el tiempo de Cuaresma, y durante este tiempo, estamos llamados a hacer mucho más que ayunar, o dejar de hacer algo durante estos 40 días. Estamos llamados a la gracia, a la conversión. Según el diccionario, la definición de conversión es la acción de dar la vuelta o girar, es decir, revolucionar nuestra vida.
Hoy me gustaría invitarte a la conversión y hacia una continua transformación, ya que estamos llamados a profundizar en nuestra relación con Dios y a parecernos cada vez más a su imagen y semejanza.
El tiempo de Cuaresma nos ofrece una excelente oportunidad para reflexionar. Hay muchas áreas y oportunidades para la transformación y para aumentar nuestra fe. La belleza de esta invitación es que cada uno de nosotros es único, por lo que no hay una receta particular para la transformación o una talla única para todos.
Para esto, tal vez sería significativo preguntarnos a nosotros mismos:
¿Qué me acercará más a Dios?
¿Qué me cambiará desde adentro?
¿Qué traerá paz a mi corazón y a mi alma?
Estas preguntas pueden ayudarnos a seguir una transformación continúa y brindarnos la oportunidad de revolucionarnos, conectar más profundamente con Dios y descubrir la belleza de nuestra singularidad y semejanza a imagen de Dios.
Comments